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En un breve memorando, Joseph Ladapo, Cirujano General de Florida, ha revertido una norma de salud pública que durante mucho tiempo ha mantenido bajo control los brotes de sarampión en el estado.

El 20 de febrero, mientras el sarampión se propagaba en la Escuela Primaria Manatee Bay, en el sur de Florida, Ladapo envió a los padres una carta diciendo que está bien enviar a los niños no vacunados a la escuela en medio del brote.

El Departamento de Salud “está dejando a los padres o tutores tomar decisiones sobre la asistencia a clases”, escribió Ladapo, quien fue nombrado para dirigir la agencia por Ron DeSantis, el gobernador republicano de Florida, cuyo nombre aparece sobre el de Ladapo en el membrete de la carta.

La medida de Ladapo contradice el consejo de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

“Esto no es un problema de los derechos de los padres”, dijo Scott Rivkees, ex cirujano general de Florida, quien ahora es profesor en la Universidad Brown. “Se trata de proteger a los compañeros de clase, maestros y miembros de la comunidad contra el sarampión, que es una enfermedad muy grave y muy contagiosa”, agregó.

La mayoría de las personas que no están protegidas por una vacuna contraerán sarampión si se exponen al virus. Este grupo vulnerable incluye a niños cuyos padres no los vacunan, bebés demasiado pequeños para la recibir la dosis, aquellos que no pueden ser vacunados por razones médicas, y otros que no desarrollan una respuesta inmune fuerte y duradera.

Rivkees estima que alrededor de una décima parte de las personas en una comunidad caen bajo la categoría “vulnerable”.

Los CDC recomiendan que los alumnos no vacunados se queden en casa durante tres semanas después de la exposición. Debido a que el altamente contagioso virus del sarampión se propaga a través de diminutas gotas en el aire y en superficies, se considera que los estudiantes han estado expuestos simplemente por estar en la misma cafetería o aula que alguien infectado.

Y una persona con sarampión puede transmitir la infección antes de desarrollar fiebre, tos, erupción cutánea u otros signos de la enfermedad. Alrededor de 1 de cada 5 personas con sarampión terminan hospitalizadas, 1 de cada 10 desarrolla infecciones de oído que pueden provocar pérdida permanente de la audición, y alrededor de 1 en 1,000 muere por complicaciones respiratorias y neurológicas.

“No sé por qué el Departamento de Salud no seguiría las recomendaciones de los CDC”, dijo Thresia Gambon, presidenta del capítulo de Florida de la Academia Americana de Pediatría y pediatra que ejerce en Miami y Broward, el condado afectado por el actual brote de sarampión. “El sarampión es tan contagioso. Es muy preocupante”, expresó.

Teniendo en cuenta los peligros de la enfermedad, la vacuna es increíblemente segura. En Estados Unidos, una persona tiene cerca de cuatro veces más probabilidades de morir partida por un rayo a lo largo de su vida que de tener una reacción alérgica potencialmente mortal a la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola.

Sin embargo, el año pasado un número récord de padres solicitó exenciones de los requisitos de vacunación escolar por motivos religiosos o filosóficos en todo el país.

Los CDC informaron que las tasas de vacunación infantil fueron las más bajas de los últimos 10 años. Además de Florida, este año se han reportado casos de sarampión en otros 11 estados, incluidos Arizona, Georgia, Minnesota y Virginia.

Solo alrededor de un cuarto de los condados de Florida habían alcanzado el umbral del 95% de inmunización en el que las comunidades se consideran bien protegidas contra los brotes de sarampión, según los datos más recientes publicados por el Departamento de Salud estatal en 2022.

En el condado de Broward, donde se han reportado seis casos de sarampión en la última semana, aproximadamente el 92% de los niños en kindergarten habían recibido vacunas rutinarias contra el sarampión, la varicela, la polio y otras enfermedades. El 8% restante incluía a más de 1,500 niños que tenían exenciones de vacunas, indican datos de 2022.

Desde que comenzó el brote, el Departamento de Salud de Broward ha estado ofreciendo vacunas contra el sarampión en la escuela Manatee Bay, según el superintendente escolar.

Si una persona no vacunada recibe una dosis dentro de los tres días posteriores a la exposición al virus, es mucho menos probable que contraiga el sarampión y que lo transmita a otros. Por esta razón, los funcionarios gubernamentales ocasionalmente han ordenado vacunas en emergencias en el pasado.

Por ejemplo, en 1991, el comisionado adjunto de salud de Filadelfia ordenó que los niños fueran vacunados en contra de los deseos de sus padres durante brotes relacionados con sus iglesias. Y durante un gran brote de sarampión en las comunidades judías ortodoxas en Brooklyn en 2019, el comisionado de salud de la ciudad de Nueva York ordenó que cualquier persona que viviera, trabajara o fuera a la escuela en los vecindarios más afectados recibiera la vacuna, a riesgo de enfrentar una multa de $1,000.

En esa ordenanza, el comisionado escribió que la presencia en esas áreas de cualquier persona no vacunada, a menos que tuviera una contraindicación médica, “creaba un riesgo innecesario y evitable de continuar con el brote”.

Con su carta, Ladapo eligió la dirección opuesta, dejando a los padres a cargo debido a la “alta tasa de inmunidad en la comunidad” (datos indican lo contrario), y por la “carga para las familias y el costo educativo de los niños sanos que faltan a la escuela”.

Sin embargo, la carga de un brote aumenta a medida que se propagan los casos de sarampión: se requiere más atención de emergencia, más pruebas y cuarentenas más amplias; y hay más hospitalizaciones.

En 2018, controlar un brote en el sur de Washington con 72 casos costó alrededor de $2.3 millones, además de $76,000 en costos médicos, y una pérdida económica estimada de $1 millón debido a enfermedades, cuarentenas y atención.

Si los números se disparan, la muerte también se convierte en una carga.

Un brote entre una población en gran parte no vacunada en Samoa causó más de 5,700 casos y 83 muertes, principalmente entre niños.

La carta de Ladapo a los padres también marca un cambio en la norma porque los departamentos de salud locales tienden a liderar la contención de brotes de sarampión, no las autoridades estatales o federales. En respuesta a consultas de KFF Health News, el departamento de salud del condado de Broward remitió al departamento de salud del estado de Florida, que Ladapo supervisa.

“El condado no tiene el poder de estar en desacuerdo con el departamento de salud estatal”, dijo Rebekah Jones, científica de datos que fue removida de su cargo en el departamento de salud de Florida en 2020, debido a una discrepancia sobre los datos de coronavirus.

DeSantis nombró a Ladapo como jefe del departamento de salud del estado a fines de 2021, mientras comenzaba a incluir el escepticismo sobre las vacunas contra covid en su plataforma política. En los meses siguientes, el departamento eliminó la información sobre las vacunas contra covid de su página de inicio y sancionó al director de salud de un condado por alentar a su personal a vacunarse, lo que llevó a su renuncia.

En enero, el sitio web del departamento de salud publicó el llamado de Ladapo a frenar la vacunación con vacunas de ARN mensajero contra covid por completo, basado en nociones que los científicos consideran absurdas.

Jones no se sorprendió de ver a Ladapo cambiar de dirección sobre el sarampión. “Creo que esto es el resultado previsible de convertir la retórica antivacunas en un rasgo definitorio del gobierno de Florida”, dijo.

Aunque su última decisión va en contra del consejo de los CDC, la agencia federal rara vez interviene en brotes de sarampión, confiando en que los estados harán bien la tarea.

En un correo electrónico a KFF Health News, el departamento de salud de Florida dijo que estaba trabajando para identificar los contactos de las personas con sarampión, pero que los detalles sobre los casos y lugares de exposición eran confidenciales. Repitió la decisión de Ladapo, agregando: “La recomendación del cirujano general puede cambiar a medida que continúen las investigaciones epidemiológicas”.

Para Gambon, el brote ya es desconcertante. “Me gustaría ver al cirujano general promover lo que es más seguro para los niños y el personal escolar”, dijo, “ya que estoy segura de que hay muchos que pueden no tener una inmunidad tan fuerte como quisiéramos”.

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